Los niños nacen listos para aprender un lenguaje, pero necesitan aprenderlo de las personas de su entorno. Aprender un lenguaje lleva tiempo y cada niño tiene su propio ritmo a la hora de aprender y perfeccionar su propia lengua
Típicamente, los niños en desarrollo pueden tener problemas con algunos sonidos, palabras u oraciones, mientras estén aprendiendo. Sin embargo, la mayoría puede usar el lenguaje fácilmente alrededor de los 5 años de edad.
Los idiomas y los trastornos del lenguaje
Es necesario que padres y tutores disminuyan la tensión en la comunicación. Una técnica que te permite reducir la presión a un niño en una situación de conversación puede ser reformular las preguntas en forma de comentarios. Ejemplo: “Imagino que hoy pasaron muchas cosas interesantes en la guardería”, en lugar de: “¿Qué hiciste hoy en el jardín?”.
Además el uso de herramientas audiovisuales que le permitan escuchar al niño otros idiomas, promueven la articulación de los fonemas, no solo en su lengua materna, sino en la fonética de distintos idiomas de manera simultánea, esto le permite establecer conexiones neuronales que a su vez envían señales magnéticas a diferentes músculos y órganos del aparato fonoarticulador que, no sólo afianzan el desarrollo de su lengua materna, permitiéndoles hablar más fluido y evitando trastornos del lenguaje como ma tartamudez,
Cómo ayudar a los niños al desarrollo del lenguaje
Los padres y cuidadores son los maestros más importantes durante los primeros años de vida de un niño. Los niños aprenden un lenguaje al escuchar a otros cuando hablan, y al practicar. Incluso los bebés pequeños se dan cuenta cuando otras personas repiten los ruidos y sonidos que hacen y responden a ellos. Las habilidades cerebrales y de lenguaje de los niños se fortalecen si escuchan muchas palabras diferentes. Los padres pueden ayudar a su hijo a aprender de muchas maneras como las siguientes:
- Al responder a los primeros sonidos, gorjeos y gestos que hace el bebé.
- Al repetir lo que dice el niño y al agregarle palabras.
- Al hablar sobre las cosas que el niño ve.
- Al hacer preguntas y escuchar las respuestas.
- Al mirar o leer libros.
- Al contar cuentos.
- Al cantar canciones y hacer rimas.
Esto puede realizarse tanto durante el tiempo de juego como durante las rutinas diarias.
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¡Qué tengas un día increíble!