La mayoría de los padres sienten inseguridad durante la formación de sus hijos. Tal vez con frecuencia te preguntas ¿Lo estaré haciendo bien? ¿Debería haberle castigado? ¿Me habré pasado de duro? ¿Cómo logro que me obedezca?.
Los especialistas afirman que si los padres se centraran más en evitar ciertos errores que en intentar hacerlo todo bien, se sentirían menos abrumados y disfrutarían mucho más la crianza de sus hijos.
¿Cuáles son los errores más comunes de los padres de esta generación?
1. Falta de unidad entre las figuras de autoridad: Cuando el niño recibe mensajes contradictorios, porque sus progenitores se desautorizan entre ellos, no sabrá a quién hacer caso y se sentirá perdido, sin embargo a medida que crecen aprenden a utilizar esas diferencias de criterio para obtener lo que desea. Nada es más perjudicial para la crianza como un padre autoritario y otro permisivo que no llegan a acuerdos por el bienestar de sus hijos.
2. Sobreprotección: Este es uno de los errores más frecuentes en la sociedad actual. Los padres asumen muchas tareas de los hijos, estudian con ellos, les disculpan ante el profesor, intervienen antes de verles sufrir las consecuencias de una mala decisión, les dicen constantemente lo que han de hacer, organizan toda la vida familiar a su alrededor, les evitan disgustos, logrando así que se conviertan en adultos dependientes y poco tolerantes a la frustración.
3. Inconstancia: Cuando los padres se dejan llevar por su estado de ánimo a la hora de educar, es decir, que permiten o no determinadas conductas en función de que estén más o menos cansados, contentos o enfadados. “Hay que tener conciencia de que estamos educando siempre, no en momentos concretos”, los padres son la autoridad, de forma que no deberían comportarse de forma arbitraria sino con coherencia y racionalidad.
4. Prometer y no cumplir: Los niños pequeños creen en todo lo que sus figuras de apego les dicen, así que cuando prometen y no cumplen no solo afectan la confianza de la relación parental sino además los impulsan a no cumplir sus promesas y a restarle valor a su palabra o compromisos adquiridos.
5. Transmitir desprecio Frases como “ya sabía que lo ibas a romper”, “siempre me defraudas” o “siempre haces… o “nunca haces… resultan muy dañinas para los niños. No es necesario faltarle al respeto a los niños ni igualarse a ellos cuando se enfadan, es importante que el padre siempre recuerde su papel y procuren gestionar sus emociones por mucho que el hijo les provoque; establecer los límites, hacer cumplir las consecuencias y perdonar con facilidad, no entrar en guerras del tipo ‘como él no me habla yo tampoco.
6. No poner límites: Muchas veces los padres no tienen un proyecto claro de cómo van a educar a sus hijos, cuáles son las normas mínimas que van a exigir, y van improvisando, de modo que no siempre son coherentes en sus criterios. Tal vez cuando son pequeños podemos ignorar algunos de los problemas que se vayan presentando pero posiblemente en la adolescencia se saldrá de control. Muchos padres priorizan la paz familiar por encima de todo y eluden su obligación de poner límites porque eso lleva en ocasiones al conflicto.
7. Criar huérfanos digitales: Sentirse ignorado por sus padres debido al uso excesivo de la tecnología solo le enseña a un niño que tal vez él no sea tan valioso y lo que tiene que decir quizá nunca sea tan importante, afectando directamente su autoestima y su capacidad de relacionarse con otros, además de una posible dependencia temprana a las pantallas debido al ejemplo que recibe de sus padres.
En Bebé Políglota sabemos que los primeros años de vida son determinantes para el desarrollo social y emocional del ser humano, además de la mejor etapa para establecer nuevas habilidades, así que creamos una metodología que estimula adecuadamente a tu hijo para el aprendizaje de nuevos idiomas. Si quieres saber más ingresa aquí y descubre sus increíbles beneficios.
Gracias por leernos,